No acertaré, y me rebela, ¡me falta ejercicio! a contar lo que todos debemos a una persona, de nombre RAMÓN LIDÓN MEDINA, que acaba de fallecer.
Creo que su compromiso a la liberación humana representa un hecho merecedor de plumas capaces. Ello no obstante, me siento obligado a rendirle memoria, hacer hasta lo imposible como cuantos convivimos con él para que la sociedad conozca y conserve como ejemplo lo que supuso su aporte de trabajo obrero e intelectual al, aunque tibio, arribo democrático.
Sin más renombre que el de su entrega silenciada, dedicado en vida a la causa obrera, consciente del tenebroso vacío sociocultural que el franquismo provocó eliminando sucesivamente las vidas de cuantos habían hecho suya la lección de un pensamiento liberador, RAMÓN contribuyó a hacer ver la dimensión de lo que venía a suponer que la España franquista se sintiera obligada a regañadientes a reconocer a la Unesco. Miembro inmediato de la apertura del CAUM, día tras día trabajando afable, amigable, y, por qué no decir, cariñoso, dedicó por completo su quehacer implicado con los demás; ejemplos todos que fueran de carácter personal similar componentes de una larga lista de inolvidables y entregadas vidas que debemos conocer.
Se sintió obligado a procurar que la Asociación invitase a los más favorecidos del saber, obreros conscientes e intelectuales, a sumarse a la acción de crear cuantos más Clubes Unesco en España y el mundo. Arduo empeño, pues, significados estos, como todo hacía ver, por su pretensión superficialmente educadora, recordemos que parte de los fundadores de la Unesco se resistieron a incluir la Ciencia en su constitución, solo la inclusión final del término Ciencia permitió concebirla y verla, tal cual lo observará RAMÓN en coincidencia con el colectivo del Caum: como un instrumento indispensable para formar conciencia pública del tremendo vacío socio-político-cultural a que dio lugar la masacre franquista.
Desde ese entonces nada importó más a RAMÓN que dedicar su vida a recoger en su ordenador a punto ya de colapso, miles de documentos de orden múltiple, deseoso de que fuesen conocidos de cuantos más: historia por ejemplo de lo que pareció un “fracaso” que anidado sigue, explica RAMÓN, esperanzando al mundo. Sabed que conversando RAMÓN con el que fuera Director de la Unesco, oyéndole este desgranar con tanto detalle y memoria los avatares de la Organización y los Clubes Unesco le confesó admirado que sabía más de lo acontecido que él mismo…
¡Razones pues sobradas tienen sus familiares y tenemos cuantos convivimos con ÉL para sentir su pérdida!
Comprometámonos pues, para evitar que esta no sea irreparable, a vivir como ÉL lo hiciera, dedicados noche y día a convertir divulgando el saber formativo, la lección aprendida, renovada con el aporte del último dato, ya sea social, cultural o científico, única manera de que su ejemplo perviva.
TEXTO ESCRITO POR MANUEL MENCHÉN.
La Junta Directiva del CAUM quiere expresar sus más profundas condolencias por la pérdida de Ramón Lidón, por la importancia, compromiso y dedicación que tuvo en la historia del CAUM.
Un fuerte abrazo a su familia y amigos.
28 enero 2022